sábado, 25 de mayo de 2013

Espionaje a laprensa.

Diario Pàgina Siete 25/5/2013

Cuesta creer que en nombre de la seguridad nacional, se espíe a periodistas cuyo trabajo es informar a la opinión pública.
El gobierno norteamericano presidido por un demócrata, ha cometido una grave violación a la Primera Enmienda de su Constitución que garantiza la libertad de expresión.
El Departamento de Justicia de EEUU se tomó la libertad de incautar en secreto el 2012, veinte líneas telefónicas de la agencia de noticias Associated Press.
El objetivo era descubrir qué autoridad del Gobierno había filtrado información clasificada que decía que la CIA había frustrado un complot de la red terrorista de Al Qaeda en Yemen para hacer estallar una bomba en un avión rumbo al país del norte.
El presidente de la AP Gary Pruitt, acusó al gobierno norteamericano de espiar a sus periodistas y calificó aquello de “intrusión masiva y sin precedentes" en sus operaciones de recopilación de noticias. La prensa se atrincheró y condenó el hecho.
La AP transmitió la historia tras que el Gobierno les confirmó que no había peligro para sus ciudadanos ni para la seguridad del país. Dicha agencia consideraba que la noticia era una información que debía ser conocida por la opinión pública. 
El portavoz de Obama afirmó que el presidente no estaba al tanto. Aquello se sabrá después de una seria investigación. No así el Secretario de Justicia y Fiscal General Eric Hole que estaba en conocimiento. Éste declaró que no sabía los detalles y deslindó responsabilidades al Subprocurador General. 
El Departamento de Justicia habría realizado dicho espionaje con un mandato para investigar presuntas revelaciones de información clasificada. Aquello, sin embargo, no justifica lo ocurrido.
La libre expresión es un derecho constitucional atribuido a todos los ciudadanos para publicar sus ideas por prensa o verbalmente sin cesura previa. Y es obligación de los periodistas proteger sus fuentes ya que la opinión pública tiene derecho a estar informada.
Demócratas y republicanos criticaron a la administración Obama y este hecho ha puesto su imagen y la de su partido por los suelos.
El senado de EEUU presentará un proyecto de ley que reforzará la protección de las fuentes. Se espera que éste no incluya excepciones ni restricciones, sino no tendría ningún valor.
Es difícil creer que un país tradicionalmente democrático recurra a tan incorrectos procedimientos para investigar a una fuente. Si el Departamento de Justicia quería saber quién fue el Judas que revelo aquella información, debió haber buscado otros mecanismos de inteligencia.
Este grave hecho pone en la mira a la democracia norteamericana porque sin libertad de expresión ni de prensa, ésta difícilmente se puede ejercer.
Ésto ha traído a la memoria el caso de Watergate cuando los republicanos espiaron a los demócratas y Nixon se vio obligado a renunciar. Aunque el caso no es igual, el pecado es el mismo y ha creado gran tensión ente la administración de Obama y los medios de comunicación.
Este es un revés más para Obama. Primero fue el atentado de Bengasi en el que quedan dudas si se encubrió lo ocurrido el sentido de que las autoridades pudieron haber evitado el ataque y la muerte de diplomáticos norteamericanos.
La administración también está en la mira por un reportaje publicado por la Tesorería General en el que descubrió que el Servicio Tributario Interno desarrollo criterios parcializados para definir las obligaciones fiscales de los grupos conservadores que conforman el Tea Party. 

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